Todos tenemos un lugar de quietud, donde podemos organizar nuestros pensamientos, ideas y proyectos; también donde analizamos hechos y cosas que en determinado momento sacudieron nuestras vidas. He ahí en ese lugar donde tenemos un encuentro con nosotros mismos y donde nos llenamos de energía espiritual para seguir hacia delante.
Es bueno de vez en cuando, si es posible diariamente tener este tiempo de meditación, pues nos ayudara mucho a enfrentar nuestro día a día; sin embargo se que no todos podemos tener este momento en nuestra casas, porque no existe quizás la paz, la armonía y el silencia necesario para lograr en profundizar dentro de nuestro ser; hay que localizar ese lugar donde sea, para que tengamos ese tiempo. La orilla del mar, el baño, un parque, una biblioteca, una iglesia, pueden ser lugares de meditación.
Que el día a día y los afanes de la vida, no te arrebaten el tiempo que tienes que dedicar en ti, lucha por eso, pues es tan importante como el comer y el beber; el alma y el espíritu necesitan ser alimentados, así como se alimenta el cuerpo; de esa manera podremos ¡Vivir y Convivir con los demás!
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