En el tema anterior que trate hablaba de sentirse Querido y Mimado, aprovechando que hoy en mi país se celebra el Día de
Las madres vienen desde que nacen con este capacidad natural de amar incondicionalmente, de querer y de mimar a su cría; sin embargo en algunos casos, por los maltratos y eventos de vida que le suceden a una mujer en su desarrollo, esta capacidad puede verse apagada; pues sabemos de muchos casos donde la madre ha tenido que renunciar a su rol de protectora de vida.
De lo que realmente quiero hablar es de la diferencia entre el amor que ejerce una madre hacia sus hijos y el amor que ejercen los hijos hacia la madre; el amor de la madre es incondicional y permanente, es puro y sincero, no lo ejerce buscando nada a cambio, es decir es desinteresado; mientras que el amor del hijo es interesado, lo ejerce con condición, si ella me ama, me cuida y me mima, entonces yo la amo; cuando crecemos por lo general le damos lo que nos sobra; en la pubertad la vemos como unos de nuestros principales enemigos, pues cuando ejerce su rol de protectora cuidando y vigilando los pasos que damos, la vemos como un necia ridícula (no estoy generalizando, solo esto haciendo mención de lo que en algunos casos sucede, pues se que no todos los hijos y las madres son iguales). Comenzamos a valorar y apreciar su amor y dedicación solo cuando nos hacemos padres y madres, cuando tenemos que enfrentar todo lo que ella enfrento, entonces y solo así valoramos su rol.
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