sábado, 15 de noviembre de 2014

Lobos en medio de las Ovejas


Mencionaba yo en un artículo anterior unos de los peligros o barreras que debe que se enfrenta un inmigrante cuando llega a New York o a cualquier ciudad o país, estos son los “Lobos Feroces”, los cuales defino como aquellas personas que conociendo las necesidades y carencias de los inmigrantes buscan la manera de aprovecharse de ellos sea muy bien poniéndolo a trabajar para ellos, dándole pagas muy por debajo de lo normal o bien sea haciéndole promesas para quitarle dinero; pueden  también usarlo de esclavo o sirviente.
Aquí le voy a citar casos, anécdotas donde Lobos llegaron a desgarrar mi carne y donde otros trataron:
·         Un señor me puso a trabajar con el como ayudante en instalaciones de Cámaras de Vigilancia, Teléfonos y Alarma, pagándome a 8 dólares la hora; en el día entero tenía que soportar el humo de su cigarrillo y hacerle compañía tomando cerveza, pues él no comía durante todo el día, lo hacía en la media noche cuando llegaba a su casa. Algunos de sus clientes tenían necesidades Tecnológicas de las cuales tenía gran dominio, sin embargo por más que le sugería me permitiera ganarme ese dinero, me lo negaba, pues su interés era tenerme en sus manos, por lo que yo le significaba; en ocasiones me abochornaba delante de los clientes, pues era su inmigrante lleno de necesidades; un día abrí los ojos y lo deje.
·         Estando trabajando en un Supermercado en el área de Produce, me topé con un excompañero de trabajo de mi país, al cual hice innumerables favores y trabajos, este fue supervisor de la zona sur; me ve y se sorprende de que yo siendo Ingeniero de Sistemas este usando un Dolly (Hand-Truck  o carro de carga) con 6 cajas de 50 libras de Plátanos encima; al verme se muestra preocupado y me hace promesas de sacarme de ahí, me pide mi número de teléfono y se va; no volví a saber de el hasta que unos meses más tarde Dios me lo pone de frente y su asusta cuando lo llamo por su nombre, se adelanta y enseguida me dice que me fue varias veces al Supermercado y que no pudo dar conmigo (yo trabajaba 11 horas 6 días a las semana, el día que me vio era domingo, no sé cómo no me pudo encontrar en el mismo lugar donde me vio; todos los que cuando hablan se recogen la baba, es decir los que hacen como sorbiendo la saliva, porque como que se le va a salir un gran chorro, son habladores y mentirosos). Instalamos conversaciones y entre ellas me dice que en este País no se hace favores, que hay que cobrar todos los servicios que uno haga; luego me reporta varias necesidades tecnológicas que tiene, se la completo y cuando le cobro me dice que como le voy a cobrar, si somos amigos; entonces le recuerdo sus palabras de que él me recomendó no hacer favores; me dice que no piense en pequeño, que piense en grande, que por ahí hay un trabajo de mucho dinero, el cual es para mí, pero que antes debemos ir a instalarle un sistema de cámaras de vigilancia a un señor amigo de él, al cual no podemos cobrarle pues es una persona que significa más que eso para él. Hasta el sol de hoy no lo he vuelto a ver, como dice la Salsa.
En otras entregas, voy a continuar con mis anécdotas de mi estadía aquí en New York City… Vive y Convive!!!

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