domingo, 6 de febrero de 2011

Moderación

Muchas son las veces que escuchamos a padres decir, que mantienen un mismo mensaje y consejo con sus hijos, sin ignorar que ellos deben desarrollar su propia experiencia, para que logren su desarrollo. Estoy de acuerdo que nunca se debe bajar la guardia con los hijos, que la educación y el buen consejo son cosas que no se pueden negociar, pues de acuerdo al legado que dejemos en ellos, de esa misma manera será más cómoda su vida y el agradecimiento de ellos hacia nosotros.

Le decía a mi hijo que uno debe ser prudente y medido, que hay que guardar las apariencias, que no todo de lo que uno ve debe tener acceso, que aunque uno sienta la necesidad de algo, debe resistir el deseo y dejar pasar algunas. Esto se lo decía pues los niños tienen diferentes etapas y existe una de ellas en la que cuando ven a otro comer alguna cosa, de inmediato siente deseo de comer y proceden a pedir de lo que el otro come, si esto no se les controla y no se les da el consejo, pueden crecer con esta costumbre, haciéndose adultos con esta práctica, cosa que se ve muy fea en una persona, que no puede ver a otro mover las mandíbulas, sin que proceda a pedir de lo que se come.

También en ocasiones aunque se le brinde, uno debe decir que no, pues no se debe crear una imagen ante el otro, de que uno siempre está hambriento. Estoy de acuerdo que el primer brinde no se debe rechazar y que por educación se debe aceptar, siempre y cuando lo que se esté brindando no afecte la salud, la moral o tus preferencias. Hay que tratar de no visitar en horario en el cual se acostumbra comer, pues no se sabe si lo que preparó en esa casa es suficiente para un invitado que no estaba contemplado.

Se ve muy feo, ver a una persona pidiendo comida constantemente, a veces sin tener hambre solo por vicio, así como lo hacen los gatos que no dejan a una persona comer tranquila. Para vivir y convivir hay que ser moderado.

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