“ Puestos
los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios”, Hebreo 12:2
Muchos no creen ni leen
la Biblia, sin embargo deben reconocer que en ella hay sabiduría y mucha filosofía
de vida; cito este versículo, para hablar de algo que quizás he comentado en
otras publicaciones, sin embargo decidí abundar en esto, debido a que en cada
momento de nuestras vidas necesitaremos de la misma palabras de aliento y
esperanza para seguir hacia delante.
Haciendo una analogía en
este versículo, simbolizando el concepto “Jesús” a lo que sería lo Bueno, lo
interesante, lo importante, lo llevo al plano de una situación cualquiera donde
te ve afectado emocionalmente, donde tu alma y espíritu se sienten vencidos,
derrotados, ya que lo que pensaste, proyectaste y planificaste que debía ser no lo es, y solo ve resultados malos, desagradables; he aquí que debes “Poner tus ojos en Jesús” en lo bueno de la situación,
en lo agradable, en la ganancia; pues por mas adversa que sea tu situacion, siempre
tendrá un lado positivo, la razón por la cual llego a tu vida esa situación, la
cual es la de aprender y desarrollar fortalezas; fijarnos en lo Bueno, en lo
Puro en lo Positivo de la situación, nos llevara al convencimiento y a la gran
verdad de que no estamos frente a una situación llamada “Problema” si no ante
una gran oportunidad de recibir una bendición grande en nuestra vida.
Cuando estuve trabajando
en el Supermercado, esta actitud luego de haberme quejado y peleado con Dios,
fue la que me hizo saber y entender cuál era mi misión o propósito de vida en
esa situación. Comencé a ver lo bueno que tenía el trabajo: Me quedaba cerca de
donde vivía; no tenía que tomar transporte público, pues solo 10 minutos me
bastaban para llegar; la mayoría de los días no tenía que comprar comida, pues
algunos compañeros me la brindaban y también tenía la facilidad de ir a donde
mi tía a comer; podía tomar algunos productos que no estaban actos para la
venda al público, sin embargo estaba en buenas condiciones para su consumo; aprendí
a cocinar ; logre que mi cuerpo estuviera más saludable, rebajando 35 libras de
las que tenia de más.
Entonces
le di las gracias a Dios por todo y por ese trabajo, cada día que lo hacía sentía
más paz y el trabajo dejo de ser malo. “Paz en medio de la Tormenta” Vive y Convive…