Inicie mi nuevo trabajo un Sábado, pensaba que colocar frutas, plátanos, vegetales y otros productos en una stand era algo sencillo, sin embargo me di cuenta que no era así, que hasta para esto había que tener cierto talento y habilidad; mi falta de experiencia se notó muy pronto y tres días después me informa el encargado que no me va a pagar lo que me ofreció, puesto que yo no sabía trabajar eso; esto me lleno de mucha tristeza y desilusión, por lo que decidí tomar mi día libre para ir a la Bodega donde trabaje a pedir mi trabajo, ya que el mismo aún estaba disponible, pues nadie lo quería, el que más tiempo duro, trabajo solo una semana; cuando había un Manager Árabe nuevo, me dijo que me quedara, luego de 20 minutos me llama y me dice que lo disculpe, pero que el dueño había hecho compromisos con otra persona; entonces tome mi bulto y al salir de la Bodega decido llamar al Licor Store, pues el Coreano me dijo cuándo renuncie que si quería volver que lo llamara, cuando lo llamo me dice en inglés “It is so late…” otro ya tenía el puesto; mis ojos se llenaron de lágrimas, no aguantaba ese sentimiento que me partía en dos el alma, me había dado cuenta que me había equivocado al haberme dejado rendir del Dominicano Necio, pues el trabajo del Supermercado eran tan malo como el de la Bodega, sin embargo con menos paga y gastos de comida. Los Dominicanos que tienen negocios aquí y no tienen ningún trato humano, tratan a los demás Dominicanos, como basura, como esclavos, pues saben de la necesidades que los arropa y por eso quieren maltratarlos y humillarlos; esos dueños y managers del Supermercado donde trabaje son unos patanes arrogantes, sin educación ni trato humano; todos los días trataban de humillarme y un día le tuve que decir, que hicieran lo que quisieran que Dios fue el que me había llevado y que él era quien decidiría cuando me tenía que ir.
Llame a unos
amigos de Codetel y ellos me llenaron de esperanza y lograron quitar de mí el
llanto y ese sentimiento de derrota que me destrozaba el alma. Entonces acepte
mi realidad y comencé hacer las cosas que necesitaba para cambiar la misma, aprendí
que en medio de las adversidades siempre
existirá una luz que te ayudara a disipar las tinieblas, que toda en la vida
tiene un propósito y algo positivo, que
no vale la pena dejarse arropar del llanto y la queja, solo tenemos que levantarnos,
levantar el ancla, subir las velas y fijar una nueva ruta; todo fue mejorando y
al cabo de tres meses abandone el Supermercado en búsqueda de otros horizontes…
Vive y Convive
No hay comentarios:
Publicar un comentario