Entonces me preguntaba, cuando es que debemos tomar la decisión de vivir, de hacer lo que nos gusta y nos llena, lo que nos hace sentirnos vivos… Pues el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos, hay cosas que tienen su tiempo para poderse hacer y disfrutarse, por ejemplo no es lo mismo subir a una montana cuando tenemos de 15 a 18 años que cuando tenemos 40 a 50 años, pues ya no tenemos la misma energía y mucho menos las mismas preferencias y espíritu de aventura; por eso es que cada cosa tiene su tiempo, podemos poner en pausa el divertirnos y gozarnos, es un asunto de cada día; el tiempo que se va no vuelve.
Me asusta ver madres jóvenes solteras, sacrificando totalmente sus vidas, con la excusa de que deben dedicar todo su tiempo en atender a sus hijos; esta bien de que le dediquen el tiempo necesario, sin embargo deberían sacar un poco de tiempo para dedicárselo a ellas mismas, salir a bailar o a cenar con alguien, pues cuando esos hijos crezcan y se casen ella se quedara sola.
Divertirse nunca puede ser un pecado y para esto no existen reglas del todo claras, pues los que a veces las promulgan lo hacen basándose en su gustos y preferencias, en su egoísmo y frustraccion personal.
Vive y Convive en el tiempo justo.
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